Hago lo que dije no haría,
me trago mis palabras, rompo mis propias reglas,
La libido y el Eros me impiden seguir en lo mismo, seguir esperando-te-los, los días que pasan, los que llegan, los que se fueron.
Repito los mismos errores porque solita marqué mi vida con frases duras: No intimar, no durar, no hacer planes, no enamorarme, no a todo lo que doliera.
Pero creo soy masoquista, me gusta lo imposible, como el amor que no será,
el amor que fue y creí regresaría, me gustan, pues,
los amores imposibles, descarnados, tal vez porque vengo de
esa familia disfuncional mexicana violenta, pasional y amorosa a la vez.
"Te gusta vivirte en la literatura", diría él,
pero a lo mejor sólo somos lo que fuimos, leímos, el cine que vimos.
Me trago mis palabras y vuelvo a lo mismo: Me enamoro, me desenamoro, me apasiono, y abandono. Aunque abandonada ya estaba, en esa tormenta, en ese día.
Re escribo lo que pasa, omito los detalles diría el otro, me desvelo,
me levanto temprano, hago café, cocino, y ahora espero su regreso.
No, el tuyo no, ni el de aquel tampoco, espero mi sol.
Porque es un sol, o tal vez, porque hace me queme de las ganas de
sentir su sexo adentro, sus ganas de mí, su pasión y su risa. Amo su risa.
Quiebro mis reglas, pero eso no importa ya, importa, que no soy
la del año pasado, o la de hace dos décadas, soy un hoy a la espera
de su mañana.
Él es mi mañana, mi tarde, mi noche, mis amaneceres, mis últimos días.
No sé de tiempos ni de números, pero mientras lo espero,
me reinicio en mi droga favorita: El amor. Soy adicta al amor
(y otras drogas).
Aquí,en esta cama, mi cuerpo lo aguarda, anhela mojar su sexo.
Ya no es ayer, somos el día que llega.
Hercilia Gato 023´
{
