Miradas
Vuelvo a tu mirada, regreso a tu boca,
Como un sino del destino (si es que existe), regreso a tu cuerpo,
tu cuerpo vedado por esa distancia que se volvió una cinta de satén
que regresa mis ojos a tu mirada.
Esa llamarada que prendes en mi sexo, en cada palabra simple
que me regalas, en la ternura de tu mirar,
En el deseo que me entregas, quizá simple sexo.
Tal vez, algo más, aunque ahora ya no busco promesas, más lo que crezca entre ambos,
Nuestros cuerpos pegajosos de sudor, semen, y orgasmos sin fin.
Vuelvo a tus ojos, a tu ser, a tu sexo, a nuestras perversiones soñadas.
No creo en el destino, pero si existe, creo el destino me regresa a tí,
Como las corrientes regresando al mismo mar, devolviendo los cuerpos vivos e inertes.
Vuelvo a tí, a tu mirada que me persigue, y de la que no quiero salir
hoy.
Hercilia Gato 022