mercoledì 25 dicembre 2013

Sueño 33







Sueño contigo
mi violenta marea.


Silbido de luces bajan
por la carretera continental
mientras dejo
que me sacudas.

La esperanza de besarte
alumbra mis días,
pero te has ido.

Pasan los días, vienen mis días
cumbre sobre cumbre,
saltan como corderos
por vallas de indiferencia.

Me escondo bajo la mesa,
para que los corderos
no vean me escapé
y regresen,
no soporto la muchedumbre,
no quiero sus berreos
conformistas,
institucionales.

Simples corderos.

No puedo sentir,
sigo inmóvil en la pereza
de mis músculos.

Ni siquiera grito ya,
me he cansado de darle vueltas
al eco.

Mis quejidos los sumerjo
en el remolno de los adioses,
los golpeo contra el suelo,
contra la barda de puas
que divide las fronteras
de la incomprensión.

No puedo caminar
hasta donde salen
las lanchas,
hacia donde se van
los pescadores, embelesidos
de mar,
buscando entrar en
la lejanía absoluta.

Así quiero estar,
perdida entre las aguas,
violenta ola que me jala,
que me golpea, que me destroza,
me parte hasta desaparecer.

Ola sangrienta que me rompa,
mis huesos no sientan dolor,
pulveriza los misterios,
pule el dolor,
sángrame el dolor.

El corazón se arrulla en la mar.

                                              Hercilia Gato 013´

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