venerdì 10 giugno 2022

Corazón de hotel

 




Me sigue llamando corazón, como si no pasara el tiempo o no recordara mi nombre. Pero lo sabe. A mi me gusta llamarlo siempre tal cual es.

Confieso que cuando le mandé mensaje pensaba tal vez ya no existía, pero respondió, eso sí, desde otro número y vino saliendo de su trabajo. Jura me ha visto muchas veces, pero que yo siempre ando ocupada, incluso que me vio con aquel. Yo solo recuerdo que él año pasado que lo vi atrás de mi en la fila para la vacuna de refuerzo del Covid, sentí nervios y oculté mis pensamientos.

Siempre trato de ocultar mis pensamientos, no me gusta ser descubierta pensando mal, además que ambos íbamos acompañados. Hablamos de eso, del curioso re encuentro y de que fue una sorpresa lo llamara nuevamente. Obvio que no me gusta perder el tiempo y tuvimos sexo, qué más. Su cuerpo no ha cambiado, sigue idéntico, a excepción de que se está dejando las canas, y aún así se sigue viendo joven. 

Pasaron 15 años para volver a estar juntos, asegura que fui yo quien lo dejó plantado en Cinepolis, que me estuvo esperando y nunca llegué, ni le hablé. Le respondí que recordaba la última vez que le hablé, fue para decirle que mi padre había muerto, pero él no me dejó terminar y me reclamó que no veía yo quisiera sentar cabeza y él ya sentía se le iba el tiempo, al final le dije "ok" y colgué. Cada quien siguió su camino.

También le pregunté si de haber aceptado algo con él sí hubiera funcionado, como buen optimista, jura que sí, que estaríamos casados y con un hijo. Me quedé callada. 

Obvio que no era mi prioridad en ese momento una relación formal, jamás tuvimos exclusividad, él sabía muy bien que yo me acostaba con otros, o lo suponía, pero durante tres años o más, el sexo no faltó. 

Cada noche pasaba por mi, cuando no podía pasar, yo buscaba a otros y así, pero lloviera o no, casi diario nos íbamos a un motel sólo para tener sexo, no siquiera hablábamos mucho del día porque trabajábamos en la misma área y lugar. 

Igual se acordó de las veces que nos encerramos en la oficina de su jefa para coger o sólo darle un fellatio y sentirme poderosa al tragarme su esperma, dejarlo vencido, gozoso y con más ganas. A los veintitantos qué más se quiere que disfrutar. 

Ahora es otra cosa, ambos tenemos vidas hechas, o deshechas, él tiene una hija y yo una casa que mantener y mis seis gatos. Cosas de adultos cuarentones, deudas, y así. Recuerdos, demasiados buenos recuerdos. 

Tal vez si yo no fuera como soy, otra cosa hubiera sido, no recuerdo más que dos peleas, una porque estaba lloviendo y pasó tarde por mi (en la madrugada), y otra porque no escuchó la alarma y despertamos ya casi a la hora de entrar al trabajo. Apenas y nos dio tiempo de bañarnos, pero llegamos con la misma ropa del día anterior. 

También en ese tiempo andaba demasiado metida en la AC de apoyo a personas viviendo con el virus VIH-Sida, haciendo colectas de medicinas, luchando contra la discriminación de mismos médicos y enfermeras, haciendo talleres de prevención y sexualidad, capacitaciones, charlas, concientizacion y sensibilización en la comunidad LGBTTTIQ, en las mujeres y adolescentes, etc. Y también, enamorada de un ex jesuita, hasta que me engañó. 

Esa noche que descubrí su engaño, hubo un torrencial y llamé a mi amigo, sólo,y nada más para reafirmar mi sexualidad, mi autoestima. Por lo regular hago eso aún. Hasta hace tres noches se lo dije. También nos reímos al recordar que el ex jesu nos hizo la vida imposible cuando empezó a ir con la jefa de mi amigo, hasta que le dije sus cosas y que lo nuestro ya tenía tiempo de haber terminado. 

Con mi amigo siempre todo va tranquilo, me gusta que sigue con esos detalles de preguntarme si ya desayuné o comí, qué comí, que no me malpase. Esa ternura que desprecie y ahora me llama la atención. Sin embargo soy realista y ya le dije que no sirvo para una relación formal, que sólo tengamos sexo y amistad, como siempre. 

Pero lo conozco, aún ahora después de tanto tiempo sigue preguntando cómo estoy, sigue diciéndome corazón, disculpándose como hoy de no poder venir. Yo sigo contestando a sus preguntas con monosílabos, a excepción de ayer, que nos abrazamos como no queriendonos soltar. Y como hace rato, que nos despedimos al cel unas cuatro veces, como adolescentes que no quieren colgar. 

Sin embargo me conozco, en algún punto haré una estupidez y lo alejare como siempre hago con todos, casi todos o con quienes he amado o sentido esa emoción. Debo tratar eso con mi amiga, esa cosa de dejar plantados a los hombres o huir cuando siento cariño o amor no es saludable. 

Me gusta el momento en que estamos, que nos seguimos hablando, sintiendo y deseando como hace años, sólo que sin escondernos. Pero mi sin razón sigue pensando en ese chico, espero superarlo pronto, aunque también sigo con ganas de saber qué pasara con E, y espero verlo antes de que acabe el año. 

Mientras con mi amigo, jugamos a que no nos conocemos, pero sabe mis rituales y yo los suyos, que sólo toma café en las mañanas, que le encanta vestir bien, que su cumpleaños es en agosto y es leo, que protege a su familia con todo lo que puede, que sabe ser puntual en el trabajo, y es eficiente, que también le gustaba leer, y que está lleno de lunares, que es romántico cuando se lo propone y detallista. 

Apenas, le mostré el cuadro erotico dond3 lo pinté hace años, me preguntó por qué no se lo dije, pero la verdad es qie muchas cosas no sabe de mi. No había probado los guisos que hago, le han encantado. 

Mientras, jugamos a cortejarnos, como en la Edad de la inocencia, a ir tranquilos pero deseandonos siempre. No sé si mañana venga, pero no importa, sé bien que volverá, como al inicio, con lluvia, tormentas, frío o calor, regresa. 

Porque los cuerpos cuando se desean, por más obstáculos que haya, se buscan. Mientras sigo pensando en el chico y en E. 

Mi corazón es un hotel que cobija amores que vienen y van, yo espero sigan regresando o llegando nuevos huéspedes. Espero él recuerde eso. 


Hercilia Gato 022' 


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